Con el mismo nerviosismo que un astronauta espera su lanzamiento, flotando en una inmensa ilusión ingrávida que prácticamente me empuja por la satélite, esa satélite que tantas veces me ha visto arrancar misiones emocionantes.
De fondo diviso la nave, un Airbus A350 reluciente que me evoca recuerdos de antaño, de aquellos inicios en el mundillo. Un aeropuerto, muchos pasajeros y una marca, Iberojet. Un déjà vu en toda regla.
Y lo que en su día fue un inicio, hoy se transforma en un relanzamiento, en un volver a sentir cosquilleo al despegar dos años después, pautas completas mediante.
Reconozco mi extraña adicción a las horas de vuelo. Mi afán por buscar formas en las nubes y por seguir con esmero la ruta de vuelo en la pantalla, soñando con esos lugares que se sobrevuelan. Añoraba mi torpeza ordenando espacios en esas diminutas bandejas de comida. Y esas tertulias en la cocina a bordo con tripulantes amig@s, ¡siempre me hacen sentir como en casa!
Descendiendo entre tormentas se divisa San José, esa capital bautizada por la mayoría cómo “de paso”, por la poca repercusión que genera.
Pero comencemos con las palabras clave. Hay OCHO cosas que debes llevar bien aprendidas:
Sodas: Las sodas son pequeños restaurantes donde puedes degustar todo tipo de platillos típicos de Costa Rica.
Casado: Es un plato tradicional de la cocina costarricense. Consiste en arroz, frijoles, carne de algún tipo, plátano maduro y ensalada.
Gallo pinto: Receta tradicional preparada con arroz, frijoles negros, cilantro y tocino crujiente. Es muy habitual en desayunos.
Colones: Es la moneda oficial de la República de Costa Rica. 1 euro equivale a 700 colones aproximadamente, dependiendo del cambio de moneda que realices.
Imperial: Es una cerveza de Costa Rica que se elabora en la provincia de Heredia. La más conocida del país.
Tortillas: Si eres de comer con pan puedes ordenar junto a tu comanda unas Tortillas de Maíz, ¡riquísimas y más si las comes con queso!
Pipas frías: Así llaman a los cocos fríos preparados para degustar. Los encontrarás por puestos ambulantes.
Pura Vida: Las Ticas y los Ticos (Costarricenses) utilizan este término para decir hola, adiós, que todo está perfecto, que todo va bien…
Si alguna conclusión extraes de Costa Rica es que el verde no crece por casualidad. Prepara tu chubasquero (o mejor un poncho largo) para protegerte de la lluvia. Es abundante y bastante habitual. Pero te enamorará porque después de la lluvia se activa la vida animal y empiezan a aparecer ranas, a deambular los monos de cara blanca buscando frutos, comienzan a volar los loros tropicales y la banda sonora de Costa Rica regala sus compases más bellos. ¡No querrás cambiar de playlist!
Existe un bello lugar en el que no hay coches ni carreteras. Un entresijo de canales al que únicamente puedes llegar en barca o en avioneta. Con la pureza de ver entrelazada la selva entre manglares, con los osos perezosos en las copas de los árboles colgados de sus garras. Ese paraíso se llama Tortuguero y su nombre hace honor a la llegada masiva de tortugas para el desove. ¡Qué afortunado me siento de haber presenciado un desove!
El instinto hace que las tortugas regresen a la misma playa donde ellas nacieron a depositar sus huevos. Una bella historia de arraigos y supervivencia, puesto que no todas las visitas acaban con final feliz por acción de los jaguares. Ni todas las tortuguitas logran sobrevivir, una vez que rompen su cascarón, a los dispares peligros que ofrece la distancia que les separa del mar, ni a los hambrientos vecinos marinos que les dan la bienvenida al Mar Caribe.
Indican los expertos que Centroamérica no era parte del mapa original de Pangea, si no que se hizo así misma a brote de lava, una lava que luce en los más de 200 volcanes que puedes encontrar en Costa Rica. Una lava que en algunos casos, como en Volcán Arenal, ha comenzado a convivir con vegetación 40 años después de su última erupción.
Interminables Parques Nacionales protegidos, abundantes cataratas, ríos, aguas termales, plantaciones frutales de piña o banana, algunas pequeñas tribus indígenas que resisten a la modernidad y mantienen sus lenguas, el Pacífico y el Caribe. Cuidados alojamientos integrados en la naturaleza. El dulzor de sus jugos naturales y el lado travieso de su cocktail Chili Guarro. Aventura, tirolina, rafting…un extenso abanico de vivencias por sentir, ¿a qué estás esperando?
Y, ¿sabes qué es lo mejor? Que me he sentido como en casa por la acogida cálida que me han ofrecido las Ticas y los Ticos. De ritmo caribeño pero comprometidos con la sostenibilidad y la protección animal. Gentes amables y divertidos, dispuestos a reír ante cualquier situación.
La vida va de eso, de reír. ¡Pura vida!
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