Las personas necesitamos estar en relación con los demás, va en nuestra naturaleza. Intercalamos momentos individuales en los que necesitamos estar solos y reflexionar, con otros grupales en los que logramos el bienestar y afecto necesario.
Estas necesidades se pueden acentuar o incluso exagerar dependiendo de los rasgos de personalidad de cada persona.
Son muchos los artículos que se pueden leer en la actualidad sobre las ventajas y desventajas del teletrabajo pero en mi cabeza no se resuelve el gran acertijo sobre la perduración del mismo en un medio plazo. Y mis dudas no se basan tanto en el respaldo que las empresas darán a esta modalidad si no en la convivencia de las necesidades sociales que tenemos las personas con el teletrabajo.
Bajo mi humilde opinión y sin ofender a los especialistas en la materia, pues yo no lo soy, la clave del afianzamiento del teletrabajo en el medio plazo se basa en obtener de vuelta como beneficio una de las cuatro D. ¿Cuáles son? ¡Vamos a verlas!
Distancia
Indudablemente el ahorro en desplazamientos es uno de los principales argumentos, máxime cuando se vive en ciudades grandes, donde ir y volver del trabajo en hora punta puede llevar horas. De manera muy estrecha se solapa una ventaja económica, como el ahorro del gasto en transporte. Y algunos madrileños de confianza añadirían que también se gana en salud al evitar los monumentales atascos de la M30.
¿Pero qué ocurre en las ciudades pequeñas donde los desplazamientos son breves y en algunos casos se hacen caminando? ¿Será una causa de afianzamiento la distancia? En mi opinión ganará la necesidad de interacción en estos casos pues el beneficio que se obtiene no es tan notable como para sacrificar el contacto personal.
Disponibilidad
Conseguir eliminar el estrés que genera los problemas de conciliación sin duda aumenta el rendimiento y la satisfacción de las personas. La disponibilidad horaria va muy vinculada a la distancia pues tal y como comentaba en el punto anterior esos tiempos que se ahorran en desplazamientos aumentan el tiempo libre para cubrir necesidades, atender obligaciones o para disfrutar actividades de ocio.
El aumento de dicha disponibilidad horaria en lugares más pequeños debería de ir de la mano con ajustes de horarios u horarios a la carta para que realmente se consolidara como una ventaja atractiva.
Dinero
Tener más. ¿Y esto cómo se come? Pues señalaba anteriormente un ahorro en los desplazamientos que podemos sumar a ahorros varios como comidas fuera de casa, alquiler de garaje etc... pero se abren diferentes vías para mejorar nuestro poder adquisitivo.
Una de ellas es la oportunidad que brinda el teletrabajo para vivir en zonas más alejadas del centro. Reducimos alquiler o hipoteca y aumentamos nuestra capacidad de ahorro o gasto.
Aunque quizás la más soñada por los teleworkers y cada vez más habitual en el sur de Europa es ser contratado por alguna empresa internacional que ofrezca salarios más elevados y una conciliación horaria al estilo sueco. ¡Nos teñimos de rubi@s si hace falta!
Destino
¿Dónde nos vamos? Esa pregunta ronda la cabeza de muchos teleworkers.
La movilidad es la gran ventaja que nos ofrece el teletrabajo. La posibilidad de teletrabajar desde otra ciudad o país es un atractivo para los trabajadores inquietos que quieren ampliar conocimientos en idiomas o sumar nuevas experiencias, de manera temporal o definitiva. Y aquí entran en juego el factor clima y el estilo de vida.
Vemos a muchas ciudades atraer teletrabajo extranjero seduciendo con buen clima, buena gastronomía, buenas playas o simplemente con un estilo de vida más latino que enloquece a la Europa del norte.
Resumiendo mi punto de vista, el afianzamiento de alguna de estas cuatro D consolidará el bienestar de los teleworkers a medio plazo aunque por mi parte me siguen surgiendo dudas sobre la fuerza que tienen las relaciones personales en nuestro día a día.
Espero que se afiance el formato y se constate el beneficio ambiental del teletrabajo y de otras formas de trabajo flexible, reduciendo la huella de carbono y la contaminación presente en el aire.
Y dejo otra cuestión en el aire...¿será factible optar a promociones internas si tus superiores no te han tratado lo prácticamente en persona?
¡Estaré muy atento!
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